Hoy, en la sencillez de la mañana,
una nueva vez, ante mis ojos,
tu grito,
tan americano, tan sureño, tan mundano.
Entre tantos poetas en los que me alivio
y me renuevo,
vos sos el espejo más nítido.
Sos de acá y hacía allá,
sos de ayer, de hoy y de quizás.
Hay en tu poesía una geografía que me construye.
Hay en tu decir una desobediencia que me anima.
En tu origen -confieso- se me lavan los rencores.
En tu voz siento tus pasos,
en tu melancolía me encuentro,
y trascendiéndolo todo, me fundo
en tu Azul enamoramiento:
ese encandilarse con la Natura,
con sus ciclos y sus frutos,
sus poderes y hermosuras.
Poeta de mares profundos,
de riberas cotidianas,
de piedra y arcilla americana,
de luces universales,
de pasiones, anuncios y confesiones.
Maestro de palabra, cartógrafo de emociones,
frágil y fuerte,
hombre real,
remanso de una deriva.
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