En cada esquina discuten
fantasmas y duendes.
La gente circula sin ver.
Los autos se mueven como toros.
Las ventanas se hacen vidrieras.
El desorden dibuja un orden.
Buenos Aires y su gente
se penetran, se mezclan.
Se respira una locura única,
se pisa un suelo extraño.
Palomas, perros, gatos,
humanos...
Todos se ignoran,
todos cohabitan.
Barrios coquetos, exóticos,
y villas.
Todos se ignoran,
todos cohabitan.
Pero "los trapitos" se lavan en casa,
el Río de la Plata
todo lo ataja.
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