Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

martes, 24 de abril de 2012

Mi ciudad

En cada esquina discuten
                        fantasmas y duendes.
La gente circula sin ver.
Los autos se mueven como toros.
Las ventanas se hacen vidrieras. 
El desorden dibuja un orden.
Buenos Aires y su gente
                        se penetran, se mezclan.
Se respira una locura única,
se pisa un suelo extraño.
Palomas, perros, gatos,
humanos...
                        Todos se ignoran,
                        todos cohabitan.
Barrios coquetos, exóticos,
                         y villas.
                        Todos se ignoran,
                        todos cohabitan.
Pero "los trapitos" se lavan en casa,
                        el Río de la Plata
                        todo lo ataja.

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