Está sediento de alegría,
la rutina no cesa de hacerle surcos.
Cada mañana remonta la vida,
desoye las penas, y
vuelve al campo.
De camino, le habla a su yegua,
ella lo agita con el trote,
quiere sacudirle la tristeza.
Unos pocos recuerdos
lo animan a esperar un poco más.
Podría ocurrir que vuelva...
Cuando el día acaba,
en el retorno a la casa:
la ausencia lo espera.
La esperanza flaquea,
pero el sueño lo envuelve,
y es allí donde la encuentra.
Siempre, todas sus noches
ella lo abraza, lo besa.
Y en la mañana,
la crueldad del despertar,
aniquila el ensueño,
lo apura a la realidad.
¡Ay! hombre fiel...
tu amor es ausencia,
tu entrega la siembra,
y tu único consuelo:
la magia de cada luna.
Genial Gra! Muy bueno! Me encantó! Este texto está escrito con plúmula, no con pluma! Botánicamente, la plúmula es la proestructura generatriz del primer par de hojas de una semilla en germinación. No en vano, esa influencia agronómica viene de la mano de tu semilla, la cual recae en plúmula para inspirarte y permitirte establecer no sólo surcos, sino líneas abonadas con tropos que señalan el oscuro beso de la ciencia y la literatura...
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