La vida que se inició
en la lejanía del tiempo,
en el extremo de una tierra
de embrujos, saberes ocultos,
y días de milagros.
¡Tanto andado!
qué de lo soñado,
de lo postergado,
de lo perdido.
QUÉ
Hay un sitio
que no sé nombrar;
que todo lo almacena,
que hace balances,
compensaciones...
No todo queda en armonía.
Entre cargas y descargas,
en plena distracción,
cae la arena en el reloj.
Se desvanece el castillo,
se hace visible el origen.
Es una presencia arcaica,
con traje nuevo;
invade,
nada la calla.
Me mira, sé que espera
mi palabra.
Sólo diré:
Sabía de tu llegada.
No me pidas más palabras.
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