Eran los días que llegaban
después de los otros días.
Eran las noches que se encadenaban
en las viejas sombras.
Sólo el letargo,
el rumbo entrampado.
Todas las voces
sonaban idénticas.
Todas las manos,
frías.
Algo ocurrió:
un retorno,
sin más,
sin menos.
Como la marea,
cuando lleva a la playa
algo inesperado...
Así, cabalgando en un murmullo,
llegó.
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