Rumia un silencio
que invita a la palabra,
aquella no dicha,
la soñada,
la esperada.
Almacena silencios,
secretea enigmas,
esconde sales; y
al posarse en la oreja,
al juego se lanza.
Fascinante caracola
del mar, de lo incierto,
promesa y esperanza
de revelación.
No existe invento
que iguale su poder.
Reina y soberana
en todas las coordenadas,
buscada y respetada,
infinitamente descifrada.
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