Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Hay alguien ahí?

Si fuera de otro modo,
-tal vez- no fuera.
Siendo un no ser, es.
Buscando un ideal,
queda varado en lo difuso.
Está oscuro,
                   impera el tanteo.
Correr tras la comprensión,
                   es entrar al laberinto.
No cede la terquedad, 
                                  exige.
Está muy oscuro,
                          llega el miedo.
El movimiento decrece,
se paraliza,
                 se excluye.
Queda rodando en lo oscuro
                                   ¡un grito!

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