Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

viernes, 29 de marzo de 2013

Un sueño realizado...


Gracias a todos los que me ayudaron a acercarme al mundo y las "cosas" (como él las llamaba) de Pablo Neruda.

En sus casas vive su espíritu y todo se tiñe de su poética mirada, de su interpretación de la vida y del privilegio que le otorgaba al amor...
Especialmente gracias al Área de Relaciones Públicas de la Fundación Pablo Neruda que me recibieron con camaradería, y me brindaron la posibilidad de concretar un sueño: recepcionaron mi libro en la biblioteca de su casa de Isla Negra.

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