Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

domingo, 23 de marzo de 2014

Mutación

Voló la hoja con el poema.
Algo decía el viento al llevarla.
                                             ¿Quería ayudarle a dar vuelta la página?

El papel cayó en el mar,
las olas lo envolvieron.
Logró esa brisa alzarla de la roca,
corrió hasta la costa,                                                                
se adentró en el agua, y
el frío la estremeció.

Despidió con lágrimas su poema.
Miró el cielo, y
                       descubrió el sol.
Murmuró el verso primero:
                                          desde esta playa, con el viento arrollándome...

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