Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

viernes, 29 de marzo de 2013

Un sueño realizado...


Gracias a todos los que me ayudaron a acercarme al mundo y las "cosas" (como él las llamaba) de Pablo Neruda.

En sus casas vive su espíritu y todo se tiñe de su poética mirada, de su interpretación de la vida y del privilegio que le otorgaba al amor...
Especialmente gracias al Área de Relaciones Públicas de la Fundación Pablo Neruda que me recibieron con camaradería, y me brindaron la posibilidad de concretar un sueño: recepcionaron mi libro en la biblioteca de su casa de Isla Negra.

En la rueda

Rodamos sobre las curvas de esta esfera,
nos aferramos y nos caemos,
reímos, lloramos, gemimos, 
rodamos, rodamos. 
Es la interrogación lo que no cesa, 
se repite en cada existencia,
aulla en las sombras,
alborota los humores en los cuerpos.
¿Desde dónde abordar la vida?
El estar impone una insistencia.
Despertar o dormir
podría ser una decisión;
pero trae adherencias.
Puede uno navegar
en aguas claras o turbias,
en ambas habrá escollos.
Toda travesía trae fatiga:
al arribar, alegría;
al partir, desconsuelo.

Mares y puertos



Voy hacía allí,
parto de aquí.
Con tempestad
o calma,
mi barca avanza.
El rumbo se arma.
Ignoro la cartografía.
Respeto mi locura.
Acepto los riesgos.
Porque amo los mares,
una y otra vez
alzo el ancla.
El viento me lleva,
el destino es la palabra.

POR SUPUESTO QUE EXISTE PAPÁ NOEL


Muchos adultos se cuestionan si “decir la verdad”, “mentirle a los chicos”, “romper la fantasía”. Estas expresiones manifiestan una mirada errada sobre la FANTASÍA INFANTIL.

La fantasía no pertenece al terreno de la verdad, ni de la mentira; se ubica en un espacio singular, un lugar de encuentro imaginario, de consenso. ¿Por qué habría que mentirles a los niños? ¿Por qué habría que deformar la realidad propia de la fantasía? Cuando leemos una novela o vemos una película, no lo hacemos pensando que esto es el producto de la imaginación del autor. Nos internamos en la fantasía que nos propone y simplemente disfrutamos. Existe para ello un consenso implícito, la aceptación de un “vuelo compartido”.
Los Reyes Magos, Papá Noel, el Ratón Pérez son maravillosas creaciones que todos los niños gozan con naturalidad, con “entrega”. Podríamos señalar dos momentos en relación a cómo los niños se vinculan con la fantasía. Los niños más pequeños se internan en este “mundo” sin cuestionamientos, sencillamente gozan el placer de volar, de elevarse por encima del mundo concreto y limitado. Alrededor de los cinco años se agudiza la discriminación entre la realidad y la fantasía; los niños comienzan a preguntar sobre el origen de todas las cosas. Es allí cuando los adultos suponen que deben evitar dolores, que no deben quebrar las ilusiones infantiles e “inventan” mentiras para que no se descubra lo que ellos viven como una mentira. Debemos comprender que estas “ilusiones” deben ser tratadas como lo que son, ilusiones compartidas, terreno de la fantasía; no de la verdad ni de la mentira. Aceptemos que existe este espacio intermedio donde la vida se torna maravillosa, donde es posible la magia, el humor, la literatura, el cine, el teatro, la plástica, el juego; donde soñar puede hacerse realidad y cuando se está gozando , ¡se goza!
Papá Noel y todas nuestras ilusiones no se rompen jamás; si mantenemos nuestra participación en un juego compartido, para pincelar siempre la vida con fantasía, nos dejamos llevar por ese gozo que habita en nuestra alma y desafía a cualquier edad.

Mi libro...

Abro este nuevo camino, para parir mi decir, que es el espejo de mi sentir. Aguardo con entusiasmo las redes que aquí se originen. Por eso los invito a sumarse a esta cadena de palabras que trae ecos de vivencias, de emociones, de ensueños...

Desafíos (ocultos y a la vista...)

Se hacen paleta: la ira, la Luz, 
el  estruendo hundido en el silencio,
lo dicho, lo postergado,
lo anhelado, lo huido...
Las palabras naufragan
en el viento de las emociones.
El cielo, la tierra,
siempre aliados!!
Sabios viejos,
hacedores y
                transformadores.
Desatan la escena,
la colorean, 
nos ponen y nos sacan.
Queda armada
una pequeñez de historia,
la provocación latente
es la que enseña...

Dolor sin remedio

Un niño, un abuelo.
La historia enterrada
y la sangre ultrajada,
en caminos ocultos,
en poderes indignos.
Pesadas piedras
                  carga el abuelo.
Un lastre silencioso
lleva el niño en el cuello.
Se acercan, se saben.
Un encuentro sin fecha,
una mirada sin cuerpos.
Las almas selladas
en la grieta del tiempo.


Portadores de existencias

Un torbellino enredaba las hojas otoñales

.La gente paseaba sus existencias,

nadie sabía quién observaba

Un grito estalló en la nada.

En una mesa... miradas;
afuera, destinos en obediencia.
Palabras, silencios, esperas.
Todo en marcha.
¿Cómo luchar con lo tácito?
Los esfuerzos caen, inútiles,
y la inercia arrasa.
Sin escucha, sin piedad,
sin rumbo, sin Mirada.
El grito está perdido,
 sofocado en la marcha.