Sentados a la mesa
pasado y presente
se miran.
El vigor del pasado
contempla la vulnerabilidad
del presente.
Lo sabido, lo andado,
quedan de bruces
ante lo ignorado.
Un extraño sabor
en la boca,
frío en la sangre,
desconsuelo.
Se estrecha el camino,
pasado y presente
se enfrentan:
la hora,
es el tiempo todo.
Infinito,
es el dolor.
29/9/13
Me encanta, da la sensación que lees el alma. Felicitaciones.
ResponderEliminarEstela, las almas se encuentran y dialogan...
EliminarCariños!!
Graciela