Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

martes, 3 de febrero de 2015

En la frontera

Es la hora exacta en la que las angustias se enredan.
Extensas jornadas que en sus fechas portan sucesos.
Los esfuerzos se esfuman, las marcas quedan.
Hay ausencias que merodean, miradas que iluminan,
palabras que acunan y otras, que hieren.
El día y la noche se funden, la luz se reedita,
y la oscuridad retorna; los bordes son escurridizos.                                  
A veces descubro un lamento oculto en cada sonrisa,

Se acerca ya la hora en la que las fantasías se tejen.
Las experiencias no doman las ilusiones,
ni los temores acallan los deseos.
Entre lo cierto y lo incierto una figura se alza.
La memoria se aquieta, deja paso al devenir.
Letras difusas inician una historia,
entre carcajadas del viento, la tinta escribe.
Espero, siento... porque comprender, yo, ya no comprendo.



                                                                                                             AYERHOYMAÑANA 

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