Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Carlos

Muchas noches y muchos días se poblaban de ensueños,
volvían a mi memoria momentos, lugares, palabras con las que me sellaste el alma.
No aceptaba la idea de no volver a ver esa mirada fusionada
en tu sonrisa, en tu gesto seductor.
Unos cuantos recuerdos de sabores diversos, me impulsaban a buscarte.
Varios intentos frustrados se acumularon, y un día, sin esperarlo: un mensaje!!
Letras... luego tu voz, una invitación... Una cita!!! aquella tan soñada, fantaseada.
Una noche de luna y estrellas reunidas como en un conjuro,
Al alcance de mi mano, nuevamente, tu sonrisa.
Tantos años reducidos a segundos, tanta espera abriendo una puerta.
El mundo por re-estrenar, la vida con traje de gala,
mi sueño en el aire que sostenía nuestras miradas.
La luna se escondía, los bares se cerraban, Buenos Aires se opacaba.
Nosotros nos iluminábamos.
En un beso. enmarcado en tus manos sosteniendo mi rostro,
sentí que volvía a la vida. Confundida de emociones, renacía en tu abrazo,
Así, muchas noches y muchos días se pueblan de verdades.
Transitamos un sendero que nos sorprende, nos desafía.
Caminamos de la mano, con paso sereno a veces,
con saltos y prisas, otras. Lo permanente es este amor potente, mágico...
Mil travesías tejidas con nuestros deseos, alternadas con lo cotidiano,
nos impulsan a parirnos infinitamente, obedeciendo nuestra locura,
escapando de la necedad de lo establecido, de esos saberes mal sabidos
Así, aprendemos que las estrellas se atrapan,
que los barcos de papel se pueden timonear,
que de la nada se puede originar un todo.
Así, descubrimos cuánto nos expandimos al soltarnos,
lo mucho que caminamos sobre nuestros pies tan andados.
Es en tu mirada donde me nutro, en tus caricias me origino,
en tu amor todo se ilumina.
A tu lado quiero estar, elijo y bendigo este encuentro.
Cada noche y cada día se pueblan de sentido...


martes, 3 de febrero de 2015

En la frontera

Es la hora exacta en la que las angustias se enredan.
Extensas jornadas que en sus fechas portan sucesos.
Los esfuerzos se esfuman, las marcas quedan.
Hay ausencias que merodean, miradas que iluminan,
palabras que acunan y otras, que hieren.
El día y la noche se funden, la luz se reedita,
y la oscuridad retorna; los bordes son escurridizos.                                  
A veces descubro un lamento oculto en cada sonrisa,

Se acerca ya la hora en la que las fantasías se tejen.
Las experiencias no doman las ilusiones,
ni los temores acallan los deseos.
Entre lo cierto y lo incierto una figura se alza.
La memoria se aquieta, deja paso al devenir.
Letras difusas inician una historia,
entre carcajadas del viento, la tinta escribe.
Espero, siento... porque comprender, yo, ya no comprendo.



                                                                                                             AYERHOYMAÑANA 

viernes, 2 de enero de 2015

Parirse

Entre sombras se dibuja,
un eco le presta la voz.
Quiere anunciarse,
y no lo escuchan.
Ensaya un destino,
                       repite una ceguera,
                                               de la que no sabe.
La terquedad imanta 
la brújula.
Va hacía allí,
                     donde cree que debe ir.                                          
Cruel repetición 
                     de lo ignorado;
burlando lo sabido.
                     Atajo lateral del conocimiento.
Al llegar, se esfuma su forma;
                     se constituye en ser,
                                      deviene un nombre.