Entre sueños
una voz, susurra:
todo se vuelve
un gran desencuentro.
En la noche,
lo confuso es lo claro.
Sabré que el equívoco
es la verdad más confiable.
La ilusión desafía
las evidencias.
La tristeza rumia,
aquello que la mirada esquiva.
Una única certeza
se extiende:
todo se vuelve
un gran desencuentro.
Crueldad del sueño...
anunciarme el sinsentido.
Sabré...
voy sabiendo...
en una
¡qué hondo es el desencuentro!
Desencuentro tirano, cruel, como Caín, como las ausencias de los muertos. Que nadie llame lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con mágica ironía me dió a su vez los libros y la noche... (JLB) Hugo de Simone
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