Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Una voz

Se acerca una mirada,
huye del encierro.
Una letra cruje,
y en sus quiebres,
                    dice...
La memoria recoge
las voces, 
en el silencio
se precipita un aullido.
Sólo una historia,
pasos sellados
en huellas.
Entre sus manos,
un aroma,
que se perpetua.

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