Azul era el color de la tinta con el que experimenté la plenitud de las primeras letras reconocibles por los otros, y respetadas por el sistema socio-escolar. Azul intenso es el cielo por las noches cuando insinúa silenciosamente la grandeza de lo sencillo. Azul es el océano, único arcón abierto… juego del tesoro que nadie termina de descubrir. Azul se me figura el color de la caricia. Entre el cielo y el mar el azul flota, se choca, a la Tierra toda se expande. En azul veo navegar la poesía, vertiente nutricia que reinventa la vida, la ilusión y el sentir. Azul veo la línea que une los enigmas, el hilo que teje la causa. Azul siento el aire que me sostiene. Azul el Mediterráneo y el Atlántico… Azul es el color de Venezia. Azul se me vuelve título del Todo.

lunes, 16 de septiembre de 2013

¡Qué amargo sabe la desilusión!

Han herido de muerte
al centinela que guardaba
                      mis ilusiones.
Un ejército enemigo
tras el estandarte de la realidad,
arrasó mi terreno.
La estampida resuena,
                       me lastima.
Se destruyó un mundo,
no logro renunciar, ni aceptar.
Aborrezco este duelo,
no quiero pisar tierra devastada.
Supe ver flores y colores,
donde hoy veo grietas y marasmo.
Oscurece, oscurece,
                        me quedo sin luz.

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