Foto de Salvatore Marrari
Aquella inmensidad le ofrecía expansión
a su soledad.
El silencio infinito lo mecía.
Un lugar de la Tierra
que lo acercaba
al cielo.
Inacabadas horas
tejiendo expectativas efímeras.
Mareas, peces;
promesas, ensueños.
Y una voz...
el presente retándolo:
con o sin pescado,
la noche llegará, y
con ella el frío.
El agua se hará
oscuridad.
La roca ya no será
continente.
Cuál sería su rumbo
entonces.
¿Habrá morada
donde asirse?
Cuál sería su rumbo
entonces.
¿Habrá morada
donde asirse?
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